Eficiencia energética y ventanas: ¿de verdad tienen relación?

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El inadecuado aislamiento de una casa es un dolor de cabeza habitual para dueños de viviendas e inquilinos. Es algo que puede pasar desapercibido en diversas épocas del año, pero cuando llegan los momentos de frío o calor más intensos lo notamos y lo sufrimos. En este sentido, cuando hablamos de ventanas nuevas muchas veces lo hacemos desde el punto de vista de la eficiencia energética. Parece un argumento más de venta, pero nada más lejos: por las ventanas de una vivienda mal aislada se puede derrochar hasta un 30% de la energía que produces con la calefacción o el aire acondicionado.

Ganar en eficiencia cambiando las ventanas

Las ayudas europeas en forma de subvención para cambiar las viejas ventanas de tu casa nos sirven como ejemplo de que esta actuación (que en Solglass hacemos en un solo día y sin obras) es perfecta para ganar en eficiencia energética. Los cálculos de las autoridades establecen que llegando al número de reformas previstas (se aspira a unas 71.000 viviendas al año mientras duren las ayudas a la rehabilitación) se puede ayudar a «reducir al menos un 30% el consumo de energía no renovable en los hogares y descarbonizar y bajar la demanda de calefacción y refrigeración como mínimo un 7%», tal y como explican desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.

¡Ojo! Para lograrlo es fundamental que ocurran dos cosas: que un arquitecto intervenga en el proyecto para lograr estos objetivos, y que las ventanas nuevas que se instalen en tu casa estén hechas a medida y fabricadas de forma íntegra por -nunca mejor dicho- un fabricante. Si cuentas con nosotros para todo ello no te preocupes porque vamos de la mano con HOCO y K-Line, dos auténticos referentes del sector y garantía absoluta de que tendrás en tu casa las ventanas que le sienten como un guante.

Ventanas y uso eficiente de la energía

Arquitectónicamente, las ventanas son el elemento de aislamiento más importante. Es un punto crítico porque el que se generan las fugas más notables de calor y frío en una casa. Esto no es nuevo: la rotura del puente térmico en las ventanas de aluminio llegó por alguna razón en su momento.

¿Y cómo elegir la mejor ventana desde el punto de vista energético?

Ya sabes que en el mercado existen ventanas de aluminio y de PVC, y lo primero y más importante es subrayar que ambas opciones pueden ser magníficas para aislar tu casa de forma adecuada y olvidarte para siempre de esas fugas que te están haciendo pagar más dinero en las facturas.

Pero unas ventanas no son mejores o peores porque sí. En primer lugar hay que verlas como un conjunto de elementos que reman en la misma dirección: el perfil (lo que popularmente se conoce como marco), los vidrios, el material de fabricación y hasta el cajón de la persiana influyen a la hora de ahorrar dinero.

Centremos nuestras miradas en uno de los elementos que, generalmente, menor importancia tienen a nivel del usuario: los vidrios. Ocupan 3/4 partes del hueco que vamos a usar para cambiar las ventanas, y encima se expone directamente tanto al calor como al frío. Por eso es tan importante darle el mismo rango de preferencia que al tipo de material con el que se van a fabricar. Tanto HOCO como K-Line cuentan en sus catálogos con unos vidrios excelentes de control térmico que te ayudarán a mantener todo el año una temperatura de confort adecuada en casa.

Otro aspecto: las ventanas con doble o triple acristalamiento y gas argón en sus cámaras de separación son buenas aliadas de la eficiencia energética. Si vas a realizar un cambio para ganar en este aspecto, te recomendamos tenerlas en cuenta.

No obstante, tal y como hemos adelantado ya, las mejores ventanas para ser más eficientes energéticamente (y ahorrar en calefacción o aire acondicionado) no existen porque todavía no las hemos fabricado. Lo haremos cuando nos llames para comenzar con el proceso de cambio. Y es que uno de los primeros pasos siempre es visitar la casa y tomar nota de todos los aspectos que influyen en esta rápida reforma. Todo cuenta: el número de ventanas, la orientación de la vivienda, el clima, etc. Y solo resolviendo bien la ecuación (algo de lo que ya se ocupan nuestros técnicos) es posible decir que has hecho el cambio de ventanas perfecto.

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